Las fabulas son cuentos cortos que nos dejan alguna enseñanza. Por lo general los protagonistas son animales que tienen actitudes muy humanas e incluso interactúan con los humanos del cuento hablando unos con otros.
El asno, el perro y el cuervo.
Un día caminaban por un camino solitario, un asno y su gran amigo el perro. Se dirigían al pueblo mas cercano a buscar trabajo. En un momento en que estaban callados pudieron escuchar el graznido de un cuervo que los venia siguiendo volando de un árbol a otro.
Entonces el perro le dice al asno -mira, un cuervo nos ha esta siguiendo..., el asno que era muy supersticioso le respondió -es un cuervo tuerto!, volvamos... un cuervo tuerto es de muy mal presagio.
El perro siguió caminando sin prestar atención a las palabras del asno. Entonces este, al ver que el perro no lo tomaba enserio agregó -Si continuamos nuestro camino, no solo podríamos no conseguir trabajo, sino que además podrían ocurrirnos innumerables contratiempos en el camino. El perro que era muy inteligente le sonrió y mirandolo a los ojos le dijo -¿como podría un animal como ese cuervo aconsejarnos sobre nuestro futuro cuando no pudo predecir la perdida de su propio ojo y evitarla?
Moraleja: No debemos oír consejos ni presagios de aquellos que claramente no han sabido cuidarse a ellos mismos.
¿Quién fue Esopo y que hizo?
(S.VI a.C.) Escritor griego. Uno de los más antiguos géneros de la literatura universal es la fábula, un tipo de relato breve protagonizado por animales personificados cuya finalidad didáctica se explicita en una moraleja final.
La Grecia clásica atribuyó a Esopo la invención de este género, igual que asignó a Homero la paternidad de la épica.
Biografía
Pocos datos seguros existen sobre la biografía de Esopo, y ya en la época clásica el personaje real se vio rodeado de elementos legendarios, quedando definitivamente cubierto por la ficción y la fantasía cuanto pudo tener de histórico. Ello no ha de llevar forzosamente a refutar su existencia, ya que un historiador de tanto crédito como Herodoto lo describe como un esclavo de un ciudadano de Samos que había vivido en la centuria anterior.
Según una tradición muy difundida, Esopo nació en Frigia, aunque hay quien lo hace originario de Tracia, Samos, Egipto o Sardes. Sobre él circuló una gran cantidad de anécdotas e incluso descripciones sobre su físico que se hallan recogidas en la Vida de Esopo, publicada en el siglo XIV al frente de una recopilación de sus fábulas preparada por el monje benedictino Máximo Planudes.
Así, se cuenta que Esopo fue esclavo de un tal Xanto o Janto de Samos, que le dio la libertad. Debido a su gran reputación por su talento para el apólogo, Creso lo llamó a su corte, lo colmó de favores y lo envió después a Delfos para consultar el oráculo y para ofrecer sacrificios en su nombre y distribuir recompensas entre los habitantes de aquella ciudad. Irritado por los fraudes y la codicia de aquel pueblo de sacerdotes, Esopo les dirigió sus sarcasmos y, limitándose a ofrecer a los dioses los sacrificios mandados por Creso, devolvió a este príncipe las riquezas destinadas a los habitantes de Delfos.
Éstos, para vengarse, escondieron entre el equipaje de Esopo una copa de oro consagrada a Apolo, le acusaron de robo sacrílego y le precipitaron desde lo alto de la roca Hiampa. Posteriormente se arrepintieron, y ofrecieron satisfacciones y una indemnización a los descendientes de Esopo que se presentaran a exigirla; el que acudió fue un rico comerciante de Samos, descendiente de aquel a quien Esopo había pertenecido cuando era esclavo. De todo este relato parece histórico que Esopo fue un esclavo y que viajó mucho con su amo, el filósofo Janto; también se concede bastante credibilidad al episodio de su muerte.
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