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Prepárese, pues, para pintar un tema floral a la acuarela siguiendo los pasos que le indicará Juan Sabater, autor del cuadro cuyo desarrollo vamos a describir. Insistimos una vez más sobre el hecho de que, en estos ejercicios , es usted muy libre para decidir si se limita a copiar el ejemplo que se propone o bien (el mundo es de los visitantes ) se lanza a componer, en esta ocasión, su propio “ramo” de flores .

Es una opinión  bastante generalizada entre los profesores de dibujo y pintura, que los temas de flores (pintar flores) son especialmente difíciles para los principiantes. La razón es muy comprensible : el aprendiz se deja dominar mucho más por la forma de cada flor que por la aportación cromática que cada una representa dentro del conjunto. Sin embargo (y precisamente por la tendencia apuntada), pintar flores bajo la dirección de un maestro puede convertirse en una labor altamente formativa. por cuanto fuerza al principiante a sugerir la forma a través del color aportandolo de la tendencia normal que consiste el triturar la forma para, simplemente, iluminar con acuarelas cuando, claro se trata de utilizar este procedimiento.

Prepárese, pues, para pintar un tema floral a la acuarela siguiendo los pasos que le indicará Juan Sabater, autor del cuadro cuyo desarrollo vamos a describir. Insistimos una vez más sobre el hecho de que, en estos ejercicios , es usted muy libre para decidir si se limita a copiar el ejemplo que se propone o bien (el mundo es de los visitantes ) se lanza a componer, en esta ocasión, su propio “ramo” de flores .

TRES EJEMPLOS MAGISTRALES

Nuestra relación de ejemplos ofrece, en esta ocasión, tres formas completas distintas de concebir y desarrollar un tema floral

 

Para Ester Serra, tema no pasa de ser un pretexto para llegar a una composición muy emparentada con el expresionismo abstracto y, también, para experimentar con la materia y llegar a conseguir nuevas texturas y calidades. Forma, color y textura son los tres pilares que justifican y sostienen la obra de arte. Y cada uno de  ellos puede ser, en sí mismo, un valor estético.

Estudio de carácter didáctico realizado por gerard van spaendonck, con la única finalidad de explicar cómo es una determinada flor.

 

Iris amapolas , de Emil Nolde, el pintor expresionista alemán que, en esta acuarela , nos demuestra la eficacia del color cuando se tiene la maestría necesaria para aplicarlo con simplicidad pero con precisión.

 

 PRESENTACIÓN DEL TEMA Y PREPARACIÓN DEL PAPEL

El tema floral que Savater se propone pintar a la acuarela es, como puede ver, extraordinariamente colorista, lo que, de entrada, nos lleva a pensar en la conveniencia de servirnos de diversos recursos técnicos, según el problema que, en cada momento y sobre la marcha, se trate de solucionar.

Pensando en que la cantidad de operaciones distintas le obligarían a maltratar el papel (un papel PLANTEC de 300 g), Sabater decidió someterlo a una preparación previa, consiste en sumergirlo en agua para empaparlo y dilatar sus fibras, y en fijarlo después sobre un tablero de contrachapado por medio de tiras de papel engomado y la ayuda de una esponja. Esta operación puede verse ilustrada en la fotografía inferior, en esta misma pagina.

Sabater nos decía que, normalmente, se limita a fijar el papel con unas cuantas grapas y que, si en esta ocasión  ha sido porque piensa trabajar, básicamente, humedo sobre humedo… lo que no excluye la posibilidad de recurrir, para algunos detalles, a las pinceladas sobre seco.

El interés pedagógico de este ejercicio, radica, precisamente, en la variedad: variedad en el color, variedad de formas (de las flores) y, como consecuencia de ello, variedad en la manera de trabajar las distintas zonas del cuadro. Ahora bien; la variedad no debe hacernos perder el sentido de armonía del cuadro. Tanto a la hora de montar la composición floral que le servirá de modelo, como al plantearse su interpretación pictórica a la acuarela, no debe olvidar que su cuadro debe ser un todo armónico en el que cada elemento se subordine al conjunto o idea global.

Fotografía de la composición floral que Sabater utilizó de modelo para la acuarela y cuyo desarrollo se explica en esta Unidad de Estudio.

El papel, una vez empleado y escurrido, se ha fijado sobre tablero de madera con el concurso de cuatro tiras de papel engomado.

 

 PASO 1 ENCAJE Y RESERVAS

Un ligero encaje realizado con un lápiz de grafito ha situado la gran masa de flores, el jarro y, con muy leves indicaciones, las principales hojas y tallos. Seguidamente se ha utilizado goma para reservar blancos (cosa que Sabater hace muy raras veces); en concreto, los que corresponden a las flores de este color.

Encaje del tema realizado con un lápiz de grafito de graduacion 2B.

Practicado las reservas de blanco con goma especial y un pincel redondo n 7. Observe la buscada irregularidad  de las pinceladas, para obtener manchas con sentido, mucho más que perfiles concretos.

 

Observe, en la fotografía(de abajo), que estas reservas ha sido aplicadas con pinceladas nerviosas  y rapidas(muy poco precisas) para evitar que, al retirar la goma, resulte unos contornos excesivamente perfilados. Según palabras de Sabater, no se trata de dibujar exhaustivamente cada flor, sino de situarlas de manera que se mantenga la situación de dispersión espontánea que ofrece el modelo.

El artista sabía muy bien que perderse en nimiedades desde el principio podría significar descuidar la idea de conjunto, cuando era obvio que le llegaría el momento de incidir especialmente sobre una determinada flor, de explicarla, de darle un carácter propio.

Entra en lo posible que sea esta la primera vez que se ve ante la necesidad de utilizar una goma especial para preservarlas de unas primeras aguadas. Si es así, se dejase guiar por su habitual proveedor de materiales.

Humedeciendo otra vez el papel, en el que se aprecian perfectamente las reservas efectuadas con la goma especial.

Iniciación de una primera aguada azul, para das al fondo una entonación general. Observe cómo el artista, ya en esta primera aguada, busca la dispersión del pigmento sobre la superficie generosamente mojada.

 

 PASO 2 LAS PRIMERAS AGUADAS

Trabajando con el tablero (sobre una mesa), Sabater ha humedecido de nuevo el papel, dejando caer el agua empapada por una esponja y repartiendola por toda su superficie. Con azul cobalto y sombra tostada se han insinuado los colores de los fondos y, con bermellón y amarillo oscuro, el color local del jarrón. Todo ello con aguadas muy suaves y buscando la dispersión del color, sobre el papel mojado.Sabater opina que aplicando generosamente pigmentos y agua se consigue casi siempre un fondo eficaz por su trasparencia y riqueza de color, aunque, sobre la marcha,  se llegue a la conclusión de que debe modificarse.

Como observará en la fotografía que tiene abajo, para sabater no hay mejor paleta que un plato de loza blanca de buen diámetro. Efectivamente, cuando se trabajan grandes superficies y, sobre todo, cuando se hace con aguadas muy generosas, es necesario disponer de una paleta que permita la preparación de buenas cantidades de color.

Añadiendo o restando color, usted debe llegar a entonar las fondos con el color e intensidad tonal que le convenga. Después de esto, será conveniente que su acuarela pierda un poco del exceso de agua que, seguramente, habrá almacenado. Conviene que el siguiente paso se emorenda con el papel algo mas seco…, aunque con la suficiente humedad para provocar una cierta dispersión del color.

Detalles en los que se aprecia el aspecto que toman distintas zonas del cuadro según la humedad subyacente que determina una mayor o menor dispersión del color. Advierta la cantidad del texturado que proporcionan las reserva de blanco.

 

PASO 3 ENRIQUECIENDO EL COLOR

Cuando el grado de humedad del papel haga pensar que las nuevas aportaciones de color sufrirán una dispersión mucho menor, habrá llegado el momento de enriquecer el colorido.

Observe lo que ha hecho Sabater: ante todo, ha quitado las máscaras gomosas que constituían las reservas para los blancos. Con ello han aparecido unos bloques o formas claras que nos ofrecen la situación de las manchas de color que se nos convertirán ( en el paso siguiente y ultimo ) en unas flores concretas. En los dos detalles reproducidos en la parte superior de esta página, puede apreciarse la cantidad pictórica que adquieren estas manchas de color, más o menos dispersas según el grado de humedad que mantenga la zona sobre la que se ha situado.

No importa, en absoluto , que unas manchas queden con sus contornos más difusos y otras menos. Lo que realmente tiene importancia es que, en el papel, aparezcan unas zonas de color que situan la mesa de las flores y, desde luego, su color local. 

Advierta que  Sabater solo ha manchado con rojo, amarillos y violáceos. Como verán inmediatamente, los colores fríos los ha reservado para el final, cuando el grado de humedad del papel le permite otro tipo de tratamiento.

Aspecto de la obra de Juan Sabater una vez superado el paso número 3.

 

PASO 4 ACABADO. LABOR EN SECO

Ha llegado el momento de establecer ( grosso modo ) los límites de cada flor. Para ellos Sabater había reservado los colores fríos que reclama el tema, mucho más oscuros y menos transparentes que los luminosos rojos y amarillos de las flores. Observe que las pinceladas correspondientes se han aplicado sobre el fondo seco o casi seco, lo que ha permitido al artista un control sobre la extensión y forma de cada una de ellos. Lo puede ver perfectamente en los dos últimos detalles. Verdes y azules rodean las flores blancas ( procure usted no pisar estas zonas que ya no están protegidas por la reserva ) y leves trazos de distinta transparencia han dibujado los tallos y las hijas que comprenden el brillamte ramo sustentado por el jarrón de terracota que, dicho sea de paso, Sabater ha tratado bastante superficialmente, sin duda para no incurrir en la coincidencia de los centros de interés dentro del mismo cuadro.

Detalle en el que aparece la mano del artista en el momento de arrancar una de las máscaras gomosas que reservaban las zonas blancas del tema 

tres detalles en los que se aparecia el trabajo sobre seco. En el primero de ellos las pinceladas insúa la forma de unos petalos y, en el segundo, la aportación de los colores oscuros delimita y contrasta la masa de otra flor. El tercer detalle demuestra que las flores situadas sobre el plano de la mesa, son, en realidad simples impresiones sugeridas por unas pocas pinceladas y unas reservas de blanco.