Dentro de la gran cantidad de pinceles que encontramos en el mercado, de los cuales, cada uno sirve para una técnica o uso concreto, encontramos el pincel taponador. Suele usarse dando pequeños golpes sobre el objeto o elemento a tratar, consiguiendo el efecto deseado. Su nombre, está claro que hace honor a la forma de su terminación.
Se caracterizan por su corta salida y su terminación recta. Se utiliza en forma perpendicular a la superficie en la que se está trabajando realizando suaves toques. Es ideal para trabajar en telas, madera, cerámica o yeso, con pintura en óleo y en pátinas.
Un pincel para detalles
Este pincel no suele tener las clásicas cerdas, aunque también los hay. Normalmente, en su lugar tiene espuma, una pequeña esponja al final del mango. Se utiliza de una forma similar a la clásica esponja que se moja y utiliza en técnicas de pintura. En el caso del pincel, dado su pequeño tamaño, se consiguen trabajos más precisos y puede acceder a aquellos detalles de un objeto donde una esponja no llegarÃa.
El mango sà es el tÃpico, puede ser de madera o de plástico. Si es de madera suele estar barnizado para proteger el utensilio de la corrosión tras el uso. Pueden ser mangos más cortos si se usa en técnicas de diseño o acuarela, y más largo para trabajos en óleo o acrÃlicas.
En decoración, este pincel es ideal para pintar en paredes o muebles mediante el uso de plantillas de stencil, realizando la tarea con golpes tras mojar el pincel, a lo largo de todo el dibujo que quedará estampado después en la superficie. Su diseño también está pensado para la técnica del estarcido. En pintura más decorativa, este pincel es muy usado en el dibujo y representación del pelaje de animales o en el relleno de paisajes.
Si sois amantes de las manualidades y el arte decorativo, este pincel no puede faltar entre vuestros utensilios de bricolaje. Además, ya sabréis que el precio de un pincel no es muy elevado, y siempre son muy utilizados en el hogar.
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